viernes, 29 de octubre de 2010

Sorprendentes trampantojos

Hoy solamente les dejo imágenes, que no es poco. Miren y disfruten de los siguientes trampantojos:




























Les dejo un vídeo de Eric Grohe, un muralista excepcional:



El siguiente es Julian Beaver, también estupendo:



Y este, otra curiosidad, arte en las manos, muy curioso.


Espero que les guste. Buen fin de semana para todos.



martes, 26 de octubre de 2010

Trampantojos: la ilusión pictórica.

Según la Real Academia Española, trampantojo es:

trampantojo.

(De trampa ante ojo).

1. m. coloq. Trampa o ilusión con que se engaña a alguien haciéndole ver lo que no es.


Es un técnica pictórica que trata de provocar en el espectador confusión entre elementos pintados y elementos reales. Esta es la finalidad de dicha técnica pictórica: provocar la sensación de existencia de objetos que, en realidad están pintados. Para que se produzca este "engaño momentáneo" es necesario reproducir la imagen tridimensionalmente, no plana. Esta perspectiva contribuye a reforzar la sensación de realidad. El progreso exige tratar con gran exactitud este tipo de pinturas para que sea mejor que incluso una fotografía. Aunque los trampantojos de gran tamaño son más espectaculares, los que representan pequeños objetos consiguen ilusiones más impactantes.

Ilusión y trampantojo van unidos aunque no son equivalentes. Mientras que el ilusionismo reclama la ayuda de la imaginación, el objetivo del trampantojo es engañar al propio ojo, mediante un duplicado de la realidad, que es la obra de arte.

La ilusión produce en el espectador la sensación de que se encuentra en otro sitio,

en un espacio imaginario, que le invita a soñar. El trampatojo viene a ser un fragmento, un trozo fingido. El contemplador no modifica su situación en el ambiente; meramente es engañado, por un objeto que él cree real y no es sino pintura. Algo así como un desafío de la pintura para que se admire su capacidad para engañar al sujeto.

El ilusionismo, pictórico y el trampantojo aparecen ya en los tiempos clásicos.

Ilusiones ópticas en  Roma

En uno de los patios del palacio, Borromini creó un pasillo con columnas de 37 metros, acabado en un jardín con una estatua de un guerrero a tamaño natural. O eso es lo que parece desde la biblioteca: la columnata no tiene más que 8 metros y el guerrero mide apenas 60 centímetros.

Los pintores griegos se aplican al trampantojo; los romanos prefieren el ilusionismo espacial.

El trampantojo es un elemento primordial en la historia del bodegón desde el siglo XVII; pero a la vez el ilusionismo se apodera de la decoración de muros; techos y bóvedas de los edificios barroco.

Con el trampantojo se procura intensificar la realidad para que el contemplador no tenga sombra de duda, es decir, que no sospeche siquiera que está siendo engañado. El ilusionismo pertenece tanto a la historia de la pintura como de la arquitectura, ya que los programas se trazan por lo común con la intención de modificar el espacio con la ayuda del pincel. Y aunque esta intención no conste al trazar el edificio, el resultado final con la llegada del fresco ilusionista es el de una modificación substancial del espacio.

De todas formas, siendo tan diferentes ilusionismo y trampantojo, a veces se funden, es decir, se produce un trampantojo en un espacio ilusionista pintado.

El ilusionismo arquitectónico fue asiduamente practicado por los romanos en los frescos murales. Las representaciones arquitectónicas, sometidas a las leyes de la perspectiva, propagan el espacio más allá de sus límites reales.

Los pintores del renacimiento italiano cultivaron este tipo de espacio ilusionista.

Los ejemplos de trampantojo más remotos se deben a los griegos. Pero hay que acudir a las referencias literarias, dado que las pinturas no se han conservado. En el arte romano hay asimismo muchas muestras de trampantojo especialmente en el campo del mosaico.

Por lo que respecta a España, el cuadro más representativo es el de la Virgen de la Mosca, de la Colegiata de Toro. Se fecha a comienzos del siglo XVI y pertenece al círculo de Gerard David. Fue restaurada por el Instituto Central de Restauraciones de Madrid, advirtiéndose que la mosca aparece sobrepuesta, es decir, que fue añadida a la pintura, aunque contemporáneamente. Se muestra en primer término, sobre la tela que cubre la rodilla de la Virgen. La intención de provocar el engaño es manifiesta.

Detalle del cuadro Virgen de la mosca

El tema del parapeto o quicio, en el cual apoyan objetos fue cultivado por los pintores italianos del siglo XV.

San Jerónimo en su estudio

Dentro de los objetos adheridos hay que considerar la firma presentada en forma de tarjeta. Se dobla una de las esquinas, para acentuar la plasticidad, provocar sombra y por consiguiente llamar la atención. La apariencia es de que hay algo pegado. El tema ha sido frecuente en la pintura española, y fue de uso habitual en Zurbarán.

Paño de la Verónica (Zurbarán)

El espejo convexo del Matrimonio Arnolfini, aumenta las proporciones del cuadro, con la ilusión de esa cuarta dimensión que supone ver por detrás. El espejo en el cuadro de Van Eyck llega a la mayor imitación de la realidad, está colocado como un objeto adherido a la pared, con enorme capacidad ilusoria. Toda la mirada del espectador va hacia aquel objeto.

Detalle del cuadro "El matrimonio Arnolfini"

La pequeña alacena, a medio abrir, con libros, fue asunto frecuente del trampantojo italiano. En el interior de las alacenas se ven libros, instrumentos musicales, aparatos científicos, etc, todo referido al ambiente de esta cámara.

Un paño colgado constituye un expediente útil para provocar el engaño. El pintor tiene que extremar la imitación, para que se produzca la confusión. Nadie como Zurbarán ha sabido sacar provecho del tema, en los lienzos dedicados a la Santa Faz.

La cortina fue uno de los recursos primeros en la historia del trampantojo, y como se ha visto aparece ya en Grecia. Botticelli, en su cuadro de San Agustín en el estudio, representa un nicho en que se aloja el santo, medio cubierto por una cortina colgada de una barra. Esta cortina produce un efecto de pasmosa realidad espacial. Esta cortina parece que separa el espacio del espectador y el del nicho en que se halla el santo.

San Agustín en el estudio (Boticelli)

Puertas, ventanas y celosías forman un variado repertorio, en que la arquitectura y la presencia humana se hermanan, en un efecto doble de ilusionismo y trampantojo. Veronés, en Villa Barbaro, en Maser, hizo un alarde, representando a un joven pidiendo permiso para entrar en una habitación, mientras que una muchacha abre con timidez una puerta.

Detalles de Villa Barbaro de Veronés (foto superior y dos inferiores)


Igualmente se fingen las celosías que salen a la capilla mayor. Se trata de tribunas, donde ordinariamente se acogían los patronos. La iglesia de Santa Isabel de Granada tiene excelente muestra. Dos ventanas con celosía "al trampantojo" hoy en el crucero de la iglesia de San Agustín, de Murcia. Su capacidad de engaño se comprueba dado que se pueden comparar con otras verdaderas situadas frente a ellas.

Trampantojo de la catedral de Calahorra

Un sensacional trampantojo hay en la catedral de Calahorra. En una de las capillas se imita celosía volada; se abre una de las hojas, por la que asoma un personaje, bien sumergido en la penumbra. No sólo se hace esta intencionado fingimiento, sino que el pintor ha mostrado toda su habilidad en la perspectiva y el claroscuro.

En la pintura española del siglo XVII se observa este trampantojo de figuras que se asoman. Están diciendo algo que era normal: ver al señor en su tribuna, separado de los demás y en nivel superior. Representación culminante es la decoración¡ de la Capilla del Milagro, en las Descalzas Reales de Madrid.

Capilla del Milagro de las Descalzas Reales de Madrid

La figura humana dentro de un marco constituye otro tema del trampantojo. Se trata de un marco dentro del propio marco de la pintura. La figura parece estar asomada a una ventana oval, situada dentro de un espacio; la acción sale hacia adelante, en busca del contemplador. En la pintura española el autorretrato de Murillo constituye un soberbio ejemplo. El pintor se halla dentro del marco ovalado, pero se le siente vivo, como si estuviera presente. De ahí el recurso de colocar una mano en el borde del cuadro.

Autorretrato (Murillo)

La pintura del siglo XVII propició un tipo de trampantojo consistente en disponer los objetos colgados sobre la pared, en una estantería o sujetos con tiras. Cuelgan aves muertas en la pintura holandesa, en los lienzos de Hondecoeter sobre todo. La superficie de fondo toma parte decisiva para producir la ficción, ya que funde el objeto con el ambiente. Dos pintores de Países Bajos, los Gysbrechts (Cornelis y Franciscus), son los especialistas de este tipo de tampantojo. Cornelis utiliza normalmente fondos de madera, con su veteado.

los Gysbrechts (Cornelis y Franciscus)

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Y un vídeo, como siempre:


Continuará... el tema da para mucho. Disculpen que no ponga todas las fuentes, son muchas.

Espero que les guste.


jueves, 21 de octubre de 2010

Eduard Manet

Hoy vamos a disfrutar de Eduard Manet, también de una breve reseña biográfica.
Una vez más, de la mano de Artehistoria, podemos ver el análisis en vídeo de esta preciosa obra:
"Desayuno en la hierba".


Edouard Manet, nació en París, Francia, en el seno de una familia de abolengo. Manifestó sus dotes artísticos desde pequeño.

Su carrera artística comenzó hacia 1850 en el estudio de Thomas Couture, donde ha permaneciió durante seis años y, al mismo tiempo, se dedicó a copiar en el Louvre cuadros no sólo de Tiziano, Rembrandt y Velázquez, sino también de Goya, Delacroix, Courbet y Daumier.
Con el tiempo, Manet aprendió de los conocimientos de su maestro, aplicándolos a su propia síntesis personal de la historia de la pintura y de los grabados japoneses.
Fue un pintor innovador, que buscó crear un tipo libre de composición que estaría herméticamente organizada en su superficie como los cuadros de Velázquez.
A partir del año 1853 se dedicó a viajar por Italia, Holanda, Alemania y Austria, copiando a los grandes maestros.
Al llegar los años sesenta, su pintura de tema español, de moda por entonces en Francia, fue bastante bien acogida y al año siguiente el Salón acepta por primera vez un cuadro suyo, el “Guitarrista español”.
Si bien este artista no ha sido impresionista en el sentido estricto de la palabra, jamás ha expuesto con el grupo y nunca ha dejado de acudir a los Salones oficiales, aunque lo rechazaran. El tono general de su obra lo muestran como a un sofisticado habitante de la ciudad, es un observador distante, refinado, que contempla desde una elegante distancia el espectáculo que le rodea.



Luego se animó a mostrar una realidad contemporánea en la obra “los bañistas del Sena”, una escena reformulada en el lenguaje de los viejos maestros. El cuadro obtubo la repulsa unánime del público y la crítica.
Su obra más escandalosa fue “La Olimpia”, pintada en 1863 y presentada al Salón en 1865, donde naturalmente fue rechazada. Aquí Manet sustituye a una diosa veneciana del amor y la belleza por una refinada prostituta parisina, que no es presentada por una figura exótica o pintoresca, sino que simplemente por una mujer de carne y hueso, presentada con una iluminación deslumbrante y frontal, lo que principalmente desconcierta a los críticos.

Al cabo de un tiempo, Manet ante un mal recibimiento en el Salón oficial decide inaugurar con su propio dinero un pabellón donde presenta cerca de cincuenta obras sin ningún éxito público.
Ha sido, sin duda alguna, un pintor discutido, pero también definido como puro, indiferente ante los objetos que pintaba, salvo como excusas neutras para situar un contraste de líneas y sombras.

Finalmente, en su producción de finales de la década de 1870 Manet ha acentuado el naturalismo de su temática para otorgar el protagonismo de sus pinturas a prostitutas y coquettes sorprendidas bebiendo o seduciendo a sus jóvenes amantes, y al tratamiento expansivo de la luz.

Al poco tiempo se desliga de su técnica tradicional, el óleo, para pasar al pastel. Pero es al mismo tiempo que el artista sufre una enfermedad de origen infeccioso originada en su pierna izquierda, pero a pesar de ello, en 1882 participa en una importante exhibición de arte francés; y al año siguiente se le declara la gangrena en la pierna enferma, la cual tuvieron que amputar.

El 30 de abril de 1883 fallecía Manet en París, publicándose numerosas esquelas en los periódicos más importantes, siendo considerado por algunos críticos como el pionero del arte francés moderno. Efectivamente, en sus escenas presentó numerosas innovaciones con las que se enfrentó al arte académico y dispuso a los jóvenes artistas para que continuaran en esa línea; pero Manet siempre consideró el triunfo en el Salón como el único objetivo de su carrera, una carrera entre el Realismo y el Impresionismo.

Fuentes: Artehistoria, Biografías y Obras.

Si quieren ver otro post sobre la obre "El pífano" y su relación con Velázquez, pincha aquí.

Espero que les guste.