martes, 26 de abril de 2011

La felicidad en la pintura

The modest model
Paul Peel

La felicidad suele un momento fugaz, demasiado corto casi siempre, pero eternamente
perseguido.
La felicidad suele ser un recuerdo.
Los artistas encuentran grandes momentos felices mientras realizan sus obras, aunque el proceso creativo no está exento de sufrimiento. Como cualquier tarea que requiere concentración, imaginación y técnica, no es un proceso puramente lúdico.
Seguramente es más agradable este proceso que el resultado que se consigue. Un pintor no se sienta ante un lienzo en blanco para recibir el aplauso, sino para disfrutar, imaginar, trabajar, comunicar, jugar... y si finalmente se reconoce el valor de su obra, el proceso habrá sido completo.
Vamos a ver algunos cuadros en los que sus autores han utilizado como título la felicidad. El orden es aleatorio:

La felicidad
Gauguin


El niño feliz
Merello


La felicidad de la maternidad
Mihály
Munkácsy


La máscara de la felicidad
Susana Velas


Felicidad garantizada
Denis Núñez



La felicidad pública
Corrado Giaquinto


La felicidad de la Regencia
Rubens


Definir el concepto de felicidad es tarea ardua. Seguramente sea una de las definiciones más controvertidas y complicadas. El ser humano ha tendido siempre a perseguir la felicidad como una meta o un fin, como un estado de bienestar ideal y permanente al que llegar, sin embargo, parece ser que la felicidad se compone de pequeños momentos, de detalles vividos en el día a día, y quizá su principal característica sea la futilidad, su capacidad de aparecer y desaparecer de forma constante a lo largo de nuestras vidas.

Otra de las controversias en torno a este tema es dónde buscar la felicidad, si en acontecimientos externos y materiales o en nuestro interior, en nuestras propias disposiciones internas. Aún hoy es difícil responder a esta cuestión.Por esta razón, y desde un punto de vista psicológico, el estudio del bienestar subjetivo parece preferible al abordaje de la felicidad.

La felicidad, concepto con profundos significados , incluye alegría, pero también otras muchas emociones, algunas de las cuales no son necesriamente positivas (compromiso, lucha, reto, incluso dolor).

Es la motivación, la actividad dirigida a algo, el deseo de ello,su búsqueda, y no el logro o la satisfacción de los deseos, lo que produce en las personas sentimientos positivos más profundos.

No hay deber que descuidemos tanto como el deber de ser felices.
Stevenson, Robert Louis

La falta de las cosas que el hombre desea es un elemento indispensable de la felicidad.
Russell, Bertrand

Buscamos la felicidad, pero sin saber dónde, como los borrachos buscan su casa, sabiendo que tienen una.
Voltaire, François Marie Arouet

La felicidad no es un ideal de la razón, sino de la imaginación.
Kant, Inmanuel

Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias.
Locke, John

Fuente: Psicología positiva


Pero no nos dejemos llevar solo por el título de los cuadros, ya que hay muchísimos pintores cuya temática es esencialmente positiva y feliz.

Aquí algunos ejemplos de los que me gustan especialmente:

RENOIR (al que algunos han llamado el pintor de la felicidad)

MOVIMIENTO IMPRESIONISTA

(la descomposición del color, la búsqueda de la luz)



PICASSO (la locura de las formas)



JOAQUÍN SOROLLA (maestro de la luz)




PAUL PEEL (escenas sencillas y encantadoras)



TOLOUSE LAUTREC

... y muchos más, se aceptan sugerencias.

Les dejo con un vídeo precioso, con la obra de Mary Cassatt, tanto las imágenes como la música les van a gustar.


Saludos

miércoles, 20 de abril de 2011

Cosas de Semana Santa

Se presentan unas largas y lluviosas vacaciones de Semana Santa, y algunos/muchos se quedarán en casa, cosas de la crisis o simplemente por elección personal.

Algunas cosas que hacer:


Sea valiente y atrévase con ese espacio desordenado con el que nunca se atreve... y regale las cosas que no utiliza.

Seguro que puede organizar una buena bolsa con ropa, cosas de cocina, herramientas... y seguro que muchas personas les darán un buen uso.

Incluso hay objetos que puede guardar para regalar en algún cumpleaños, o incluso en Navidad.

Otra opción:

Vaya al cine. Solo es cuestión de proponérselo, mirar la cartelera, vestirse y a disfrutar de un rato agradable.

También puede ir al vídeo club y alquilar un par de películas. o buscar entre su propia videoteca y repasar esos films que un día compró y nunca tuvo tiempo de disfrutar.

Y puestos a proponer, el teatro es una opción estupenda para estos días de descanso.


¿Y esos amigos o familiares a los que hace mil años que no ve o visita?

Alguno de ellos seguro que estará en casa, pensando qué hacer. Descuelgue el teléfono e invítelo a un café, o a cenar, seguro que se alegra.

También puede haber vecinos con los que nunca tiene tiempo de conversar, estos días pueden ser un buen momento.





Por supuesto, la lectura, seguro que hay libros que quiere leer y nunca encuentra el momento... este es el momento de hacerlo.


¿Quién no tiene en casa una caja con fotografías desordenadas? Pues compre un par de álbumes, puede organizarlas a su gusto, le hará pasar un rato agradable y recordar tiempos pasados.
Puede también regalar fotografías a alguno de sus familiares a los que sepa que le hará ilusión tenerlas. Solo tiene que meterlas en un sobre y enviárselas, seguro que se lo agradecerá.



¿Nunca ha cocinado? pues estos días son estupendos ara meterse en la cocina y sorprender a los que le rodean con algo sencillo. Saque a la sufrida cocinera por un día de esta tarea y además de pasar un buen rato... le hará muy felíz. Por cierto, no olvide dejar la cocina limpia después, de otra forma la gracia no habrá servido de nada.



Tal vez llueva, pero los museos de su ciudad abren, y hay rincones geniales para visitar. Mire la lista de museos, es un momento para pasear y descubrir cosas nuevas que seguro serán interesantes.

Lleve a la familia a ver exposiciones, o vaya solo, o con sus amigos... ¿no lo ha hecho nunca?, se lo recomiendo.

Bañe a su perro, limpie la jaula del canario, cambie el agua del acuario, repare ese grifo que gotea hace meses, ordene la nevera, llame a un amigo para conversar, pode las plantas, lea el libro de instrucciones del microondas (seguro que hay funciones que desconoce, como todo el mundo), cosa el botón de la camisa, compre un nuevo cepillo de dientes...

Y

Otra opción: NO HAGA NADA. O relájese con una ducha o baño caliente, cuídese, depílese, límpiese la cara, túmbese a ver la tele, de vez en cuando este tipo de cosas son estupendas para desconectar del mundo y no pensar en problemas..

Les deseo felíz descanso.

jueves, 7 de abril de 2011

Pintarse la cara, otra forma de comunicarse



Casi dos años estoy hablando de pintura, y hoy les invito a una de las formas más interesantes de expresión que tiene el ser humano: pintarse a si mismo.

Muchos hombres y algunas mujeres no entenderán el placer que supone pintarse, mejorarse, intentar mejorarse, jugar con tu propia imagen, dar una imagen diferente, transformarse, engañar a los otros, agradarles, intentar agradar, quitar defectos, potenciar virtudes, jugar.... eso y muchas cosas más es el placer del maquillaje.


Desde hace miles de años, los hombre y mujeres nos hemos pintado la cara y el cuerpo. Los motivos que nos han llevado a esta práctica son diversos: en la Prehistoria, se supone que es una forma de magia simpática, un ritual para favorecer la caza, aunque también se plantea esta práctica como un ejercicio artístico puro.
Tengamos en cuenta que la pintura corporal es un "arte" efímero, por lo que es complicado hacerse una composición de lugar de épocas tan remotas. Los etnólogos han llegado al convencimiento de que la música rítmica (conseguida por golpes con piedras, maderas o conchas), y la pintura de carácter corporal constituyen los primeros intentos artísticos de la especie humana.
También se ha estudiado el rol de la pintura corporal como factor de creación de divisiones sociales internas en las sociedades selk'nam y yámana de Tierra del Fuego. Algunos ciéntíficos especifican que se concibe el arte visual como un producto de la cultura material que puede participar en la vida social de un grupo humano contribuyendo activamente a la construcción de relaciones sociales. Se generaban así diferencias sociales, que en cierta forma hemos heredado hasta nuestros días.

No podemos olvidar dos asuntos importantes: el tatuaje y la escarificación (que consiste en cortar la piel e introducir sustancias irritantes, que dejan cicatrices con relieve (queloides). La escarificación se encuentra ya en la cultura Maya, Egipcia y en numerosas tribus africanas.
Las motivaciones para tatuarse y escarificarse pueden tener una intención dual:
Diferenciarse de los demás: con una marca única y propia que lo distingue de los demás.
Identificarse con los demás: en un grupo donde todos están tatuados, tatuarse significa pertenecer al grupo.
Y no solo eso, el tatuaje puede tener un sentido religioso, beneficioso para la salud (¿?), protector contra los malos espíritus, beneficiar la fertilidad, la guerra, etc, etc.
Personalmente me parecen realmente hermosos los tatuajes hindúes realizados con henna (tinte vegetal alicado en forma de crema), como los que lucen las novias en este país (fotografía de la derecha). Y el beneficio es que es temporal.

Escarificación con semillas (África)


Escultura Maya "La reina" (escarificación)


Tatuaje maorí (Islas del Pacífico)


Tatuaje temporal con henna (India)


Mujer occidental caucásica maquillada



Mujer de rostro tatuado (Birmania)



Pintados y vestidos para un ritual (Australia)


Hagamos un alto y veamos una BREVE HISTORIA DEL MAQUILLAJE

Antiguo Egipto

Seguro que los grandes maquilladores de hoy en día han echado un vistazo a la historia del maquillaje para buscar métodos y trucos que aplicar en la actualidad. Por ejemplo, es curioso cómo en Egipto obtenían los colores de sus cosméticos mezclando tierras, cenizas y tintas.


Era muy típico que los egipcios realzasen sus ojos con colores fuertes y vivos. Y fueron ellos los primeros en pintar sus labios, con ocre rojo y óxido de hierro natural, extendiendo el mejunje con un cepillo o palito por sus labios.

Recientemente se ha descubierto que el maquillaje también tenía una función de prevenir y tratar enfermedades oculares, ya que actuaba como desinfectante.

No hace mucho que se descubrieron restos de maquillaje en las tumbas de los faraones, y curiosamente esos productos cosméticos tienen un gran parecido con los que se usan en la actualidad.

En esta civilización utilizaban el antimonio rojo para colorear los labios, mediante la pulverización de piedras y minerales sacaban los tonos turquesa que aplicaban en párpados junto con el khöl que usaban para delinear los ojos en forma de cola de pez y remarcar las cejas. Usaban pinzas de depilar para dar forma a las cejas.

Sé tenia muy en cuenta el uso de adornos corporales, tanto en hombres como en mujeres. El aseo corporal era un ritual de varias horas que consistía en baños, masajes y rasurado de cabeza por motivos de higiene, religiosos y climáticos.

Elaboraban sus propias cremas a base de aceites y plantas y depilaban el vello superfluo.

Grecia y Roma

En la edad Antigua, griegos y romanos perfeccionan las técnicas del maquillaje. Gana peso la piel, la cual comienzan a maquillar para conseguir blanquearla mediante una mezcla hecha a base de yeso, harina de habas, tiza y albayalde (carbonato clásico de plomo), que al final obtenía resultados totalmente contrarios a los pretendidos, ya que al contacto con el sol oscurecía el rostro.

Es en esta etapa donde encontramos la creación del famoso y actual rimmel. Es curioso descubrir como era en sus inicios, pues conseguían ennegrecer sus pestañas utilizando una mezcla de huevos de hormigas y moscas machacadas.

La tendencia es tener la piel muy blanca como signo de apasionamiento, para ello ingerían gran cantidad de cominos y blanqueaban la piel con cerusa y albayalde. En los ojos utilizaban el khöl, maquillándolos en negro y azul. Las cejas se perfilaban sin alargarlas y se depilaban con pinzas y los labios y pómulos se coloreaban en tonos rojos vivos.

Además del khöl, de los egipcios heredaron muchos cuidados estéticos como los baños y masajes.

La figura masculina se riza el cabello y la barba y llevan las piernas depiladas.

Mesopotamia

Al igual que en Grecia llevaban la piel blanqueada y los pómulos enrojecidos, en los ojos lapislázuli y las cejas teñidas en negro.

Las mujeres lucían el pelo suelto y rizado sobre los hombros y los hombres rizaban la barba y el cabello dejando al final geométricos tirabuzones. La abundancia de pelo significaba fuerza y valor y se espolvoreaba con oro en polvo tanto la barba como el cabello.

Roma

La piel era blanquecina, los ojos y cejas llevaban khöl y los párpados iban muy marcados con antimonio y turquesa. Los labios y mejillas marcado en rojo vivo.

Influidos por las costumbres refinadas de Egipto y Grecia empiezan a funcionar los baños públicos y masajes. Utilizaban cremas para el cuidado del cuerpo. Las mujeres de la época (llamadas patricias) disponían de criadas que eran quienes se dedicaban a hacer estas labores estéticas.

Dedicaban mucho tiempo a los peinados, eran muy laboriosos, teñían los cabellos con preparados de color rubio y los exponían al sol para transformar el color. También se elaboraban pestañas tejiéndolas con seda o con pelo natural.

Arabia

Las mujeres dedicaban largas horas al embellecimiento, vivían recluidas en harenes donde se cuidaban con baños perfumados, aceites y masajes. Se aplicaban Khöl en los ojos para agrandarlos y usaban colorete y cantidad de perfumes. Llevaban la cara tapada con velo y el pelo cubierto con sedas.

Tantos cuidados se debían a la inferioridad que tenían con el varón, era una forma de seducirlo. Actualmente, por desgracia, la mujer sigue siendo un elemento social de segunda y apenas dejan ver sus hermosos ojos.

Edad Media

Tras la caída del Imperio, en las primeras décadas hay una ausencia total tanto del cuidado estético como del aseo personal. La mujer llevaba la cabeza cubierta con tocados en señal de sumisión.

La mujer de la Edad Media soportó las consecuencias de una época caracterizada por la austeridad, las frecuentes guerras y las grandes epidemias.
El cuidado de la belleza resurge, sin embargo, en los siglos XI al XIII al organizarse en Occidente las Cruzadas para recuperar los llamados "Santos Lugares", entonces en manos de los musulmanes.
Estas guerras originaron contactos e intercambios con otras culturas y consecuentemente se introdujeron nuevas técnicas sobre afeites y cosmética que suplieron las ya existentes en Europa. La nobleza, en este período, se recluye en sus castillos. Son los vendedores ambulantes de bálsamos, artículos de tocador y hierbas medicinales, que van de castillo en castillo vendiendo sus productos, quienes conservarán y renovarán los secretos de la cosmética. Estos se guardan en la "muñeca para adornarse", nombre que se le daba al tocador. El tocador medieval era un hermoso y complicado mueble, lleno de cajones y espejos que, al estar cerrados, daban al tocador la apariencia de un escritorio.


Durante los primeros siglos de la Edad Media los nobles no descuidaban la higiene personal. En las ciudades, los baños públicos eran visitados con frecuencia por éstos, mientras que en los castillos las damas se bañaban con agua fría perfumada con hierbas aromáticas.
Pero en la medida que la Edad Media avanza, estas costumbres se van olvidando. Los perfumes de fuerte olor sustituirán poco a poco a la más mínima higiene corporal.

EL RENACIMIENTO: NUEVO RESURGIR DE LA ESTETICA


A la Edad Media le sucede el Renacimiento, época en que los valores estéticos toman un nuevo impulso, olvidados desde Grecia y Roma.
La sensibilidad por el arte, la filosofía y la cultura en general, adquieren en el Renacimiento una importancia clave. Es el momento del florecimiento del arte italiano, de los mecenas, de la concepción filosófica del hombre como "hombre-total", sin especializaciones.
La estética, en todos los campos creativos, llega a cotas refinadísimas. La belleza lo abarcará todo y por lo tanto la estética femenina formará también parte de esta armonía que envuelve la vida de la Italia renacentista.
Este país se convertirá en el centro europeo de la elegancia. Las nuevas propuestas de la moda, la belleza y la estética salen de Italia para influir en las cortes de Europa.
En el siglo XVI los monjes de Santa María Novella, crean el primer gran laboratorio de productos cosméticos y medicinales.
El ideal de belleza de las mujeres nobles italianas consistía en tener un cuerpo de formas muy curvadas, la frente alta y despejada, sin apenas cejas y la piel blanquecina.
Tener el pelo rubio era sinónimo de buen gusto y para conseguirlo mezclaban los extractos más inverosímiles.Los primeros tratados de cosmética y belleza aparecieron en Francia e Italia durante estos siglos. En 1573, en París se publica el libro "instrucciones para las damas jóvenes" y en Italia el libro de Catalina de Sforza (cuadro de la izquierda) "Experimentos". En este libro encontramos toda clase de recetas de cosmética y perfumería, escritos sobre maquillaje, para corregir defectos del cuerpo e incluso reconciliar matrimonios.
En el siglo XVI Catalina de Medicis (cuadro de la derecha), interesada en todo lo referente a la estética, dedicó parte de su tiempo al estudio de ungüentos y combinaciones de cremas. Más tarde al convertirse en reina de Francia, llevó consigo a los mejores especialistas en perfumes de Florencia, quienes se impusieron en el arte de la perfumería.
Fue precisamente una de sus más intimas amigas quien instaló en París el primer Instituto de Belleza. A pesar de los cambios producidos, todavía la higiene personal dejaba mucho que desear. Las memorias personales de los nobles de la época relatan como a la reina Margarita de Valois le resultaba dificilísimo peinarse por lo enredado que tenía el cabello a falta de hacerlo más a menudo; o cómo se lavaban las manos una vez por semana.

EL SIGLO XVIII
Con la llegada de Catalina de Medicis a la capital francesa, el centro europeo de la moda y la estética será hasta nuestros días París.
Desde finales del siglo XVII y durante todo el siglo XVIII las mujeres parisinas tendrán la "fiebre del colorete". Todas parecían cortadas por el mismo patrón: labios en forma de minúsculo corazón, extravagantes y empolvadas pelucas, mejillas enrojecidas con gran profusión de colorete, polvos esparcidos por el cuello y los hombros, con lunares coquetamente repartidos por la cara y la espalda.
Los productos de belleza deben ser elaborados artesanalmente para comprarse en los lujosos establecimientos de Faubourg Saint Honore y los peluqueros sustituirán a las sirvientas de la corte componiendo excéntricas pelucas.
La época dorada de la cosmética se inicia en este siglo con las más sofisticadas cremas, esencias y aguas.
Los polvos se usaban con generosidad; para las pelucas, harina de trigo; y para la cara, harina de arroz.
La higiene personal va poco a poco retomando importancia. No obstante, los perfumes continúan siendo imprescindibles para disimular los malos olores.
Resultaba excepcional el caso de Madamme Du Barry (cuadro de la izquierda), que llamaba la atención en la corte por ducharse a diario con agua fría.
Pero todo cambió con la Revolución Francesa. Los excesos estéticos de la nobleza desaparecieron con ella y no fue sino hasta la llegada de Napoleón al poder, y gracias a su esposa Josefina, que los cuidados de belleza renacieron en Francia.
En Josefina se aúnan su animado carácter criollo con una gran tendencia a la obesidad.
Esta tendencia le obligaba a tener que seguir continuos regímenes de adelgazamiento y a sucesivos tratamientos estéticos para el cuerpo y el cutis.
Llega después el Romanticismo y con él la languidez, los aires desvalidos, los talles ceñidos y las minúsculas cinturas. Las pelucas desaparecen temporalmente para dar paso a bucles realizados en las peluquerías parisienses.
Es en este momento de refinada feminidad que surge una nueva mujer. Una mujer que osa vestirse como un hombre, que fuma cigarrillos puros y que hace las mismas cosas que un hombre; es el tiempo de George Sand. Pero no será más que una moda pasajera, como un aviso de lo que en el siguiente siglo, el nuestro, sucederá.
Retornan la palidez, los polvos emblanqueciendo el rostro y los hombros, los cuerpos pequeños y las faldas de gran tamaño. Pero esta moda de la piel de porcelana se contradice con el estilo de vida de las mujeres de la alta sociedad. Las copiosas comidas dejarán señales inequívocas de una mala alimentación; piel que se quiere blanca hasta lo increíble pero que se maltrata a diario. Las cremas no serán remedio suficiente pero se redescubre un remedio antiquísimo: los balnearios.
El mar, fuente de salud según los médicos de la época, era también lugar de obligada visita.

ORIENTE: LA DELICADA FANTASIA ESTETICA LA INDIA
Este extenso y complejo país es muy rico en materias primas para la estética. Los productos de belleza se han usado en la India desde tiempo inmemorial en ritos religiosos y en la vida diaria, sin que hayan experimentado evolución de importancia.
Las flores, el kohol y los polvos de azafrán se usan cotidianamente y aun hoy en día los niños de este país pintan sus ojos con kohol por sus poderes desinfectantes.
En uno de los libros más antiguos sobre medicina en el mundo, el "Susruta", se explican cuidados de belleza con aceites perfumados, entre otras muchas recetas de extractos vegetales dedicados a la estética.

CHINA
La China tiene en cosmética, como en tantos otros aspectos, una tradición antiquísima. Sus cánones estéticos se basaban en una mujer delicadamente maquillada y con un cutis cuidado al máximo. El maquillaje consistía en finos polvos de color rosado, rojo o anaranjado y los ojos se subrayaban con bastoncillos untados en tinta china.


La piel se trataba con cremas elaboradas con pulpa de frutas, aceites de té o grasas animales.
Los perfumes provenían de flores -jazmín, almizcle, camelia- o de maderos aromáticos como el patchouli.
La poesía y el arte chino en general han reflejado profusamente esta delicada atención de las mujeres chinas a la estética.




JAPON
El país del "Sol Naciente" recogió muchas influencias de la belleza y la cosmética chinas. El cuidado del cuerpo está íntimamente ligado en Japón a la vida religiosa, por lo que los hombres y mujeres de este país han tenido siempre en aprecio el mundo de la estética.


Aceites, pigmentos y polvos de alazor son algunos de los productos que estas mujeres usaban para su belleza. La tinta china embellecía también sus ojos.
El cabello era tratado con el máximo de atenciones, puesto que tener el pelo negro, brillante y voluminoso era símbolo de gran belleza.
La pintura japonesa de todos los siglos ha dejado patente muestra de los mimos que dedicaban sus mujeres a la belleza del cuerpo y del cutis.


Libro recomendados: Historia de la belleza (Umberto Eco)

Fuente: Estudios Atacameños (Chile), Wikipedia, Tatuajes de Birmania, Arte Africano, Promaquillaje.com, Belleza y maquillaje.











Ahora unos vídeos sobre este tema que les pueden interesar:




Espero que les guste y pasen un estupendo fin de semana.