Cuando paseo por blogs de algunos artesanos, el tiempo pasa entre una mezcla de admiración y envidia que no puedo evitar. Admiro su paciencia y conocimientos sobre la madera y su manipulación, también admiro su humildad, los considero personas excepcionales, poseen un don que va más allá del propio oficio.
Hoy les pongo tres enlaces (pulsando sobre las fotografías irán directamente a sus blogs). Si a usted le gusta la artesanía y la madera, pase a estos talleres y disfrute:
ANXO MOSQUERA: Artesano de la madera, ebanista, tallista y restaurador.
Muestra trabajos que me dejan con la boca abierta, por su minuciosidad y por sus perfectos acabados. Muy interesantes los detalles sobre procesos y materiales para restauración.
Muestra trabajos que me dejan con la boca abierta, por su minuciosidad y por sus perfectos acabados. Muy interesantes los detalles sobre procesos y materiales para restauración.
JULIO A. DÍAZ (El taller dominical): Ebanista, el hombre que amó la madera. Imprescindible para conocer técnicas de ensamblaje, me ha sorprendido y lo sigo con verdader admiración.
JAIME FABRA, "Bicípalo": Esqueletaje, ebanistería y tapicería.
Me ha dado a conocer lo que es un oficio bien hecho, tradicional y artesano. Ofrece enlace con otros artesanos con los que colabora. Abre su taller y explica el paso a paso de muebles artesanos (sofás, sillones, butacas...).
Me ha dado a conocer lo que es un oficio bien hecho, tradicional y artesano. Ofrece enlace con otros artesanos con los que colabora. Abre su taller y explica el paso a paso de muebles artesanos (sofás, sillones, butacas...).
Saludos y hasta pronto.
3 comentarios:
Muchisimas gracias Julia por tu mencion, es un verdadero honor pasar por tu estupendo blog que yo tambien seguire. Hasta pronto
Julio
Qué buenos enlaces, Julia!!!
Gracias.
Un besote
Julia, te agradezco de corazón que me hallas considerado digno de estar aquí, en tu blog, te lo agradezco sinceramente. Corren tiempos en los que nadie reconoce nada, en los que nadie agradece nada..., y homo, sin cariño, sin ternura, sin amor..., y sin reconocimiento termina marchitandose.
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